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Abajo el colonialismo cibernético

En julio asistí a la edición N° 23 de la International AIDS Conference “AIDS2020: virtual” como parte del programa Youth Ambassadors, cuyo objetivo es “asegurar que las voces de jóvenes viviendo con VIH, jóvenes activistas y jóvenes investigadorxs sean escuchadas en las conferencias internacionales”. Maravilloso. O así me lo hicieron sentir cuando aseguraron que la selección había sido difícil y que si estábamos dentro era
porque cada unx tenía algo que aportar. Me dieron una membresía de la International AIDS Society (IAS), la entrada a la conferencia y un chip con datos ilimitados enviado directamente desde Sudáfrica. ¿Era esta la oportunidad para hablar de lo que he aprendido junto a lxs jóvenes seropositvxs de mi comunidad? La organización era casi expedita. Cada noche llegaba un correo recordándonos las presentaciones para ver al día
siguiente, junto al nombre de unx expertx en VIH que “donaría” su tiempo para conversar con lxs Youth Ambassadors. Emocionante. La plataforma de la conferencia demandaba un equipo poderoso y una conexión rápida. Ni mi equipo la soportó, ni mi conexión fue rápida. En un grupo de WhatsApp con otrxs Youth Ambassadors, lxs de África y lxs de Latinoamérica comentábamos los problemas con la plataforma, con otrxs amigxs
activistas de mi región también. No había mucho más que hacer sino esperar al fin de la conferencia para intentar ver las presentaciones on demand. Una pena. Sobre todo, porque la prestigiosa IAS asume un compromiso explícito con “representar la diversidad de lxs actores involucradxs en la respuesta global al VIH” y “dar luz a las necesidades de las comunidades que han quedado atrás”. No pude evitar preguntarme ¿qué tan inclusivas y representativas son realmente estas instancias cuando no se tiene consciencia de la realidad de las personas más afectadas por el virus? Porque en Europa, Norteamérica y Australia las cifras son otras y la conectividad es otra también. Me pregunto cuál es la relevancia del conocimiento situado de lxs activistas del tercer mundo. ¿Es algo que lxs investigadorxs del Global North toman en cuenta? ¿Es importante siquiera? Tal vez hablo desde el resentimiento, pero no me importa. Estoy resentido.