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[Reporte de resultados] CHEMSEX EN AMÉRICA LATINA

El chemsex, o uso sexualizado de drogas estimulantes durante las prácticas sexuales, es un fenómeno que se ha popularizado en grupos de hombres gay y otros hombres que tienen sexo con hombres en varios países de América Latina. Existen diversos factores de riesgo de transmisión de VIH e ITS involucrados en el chemsex, por lo que prácticas de prevención y reducción de riesgos y daños han sido impulsadas en países donde el fenómeno ha estado presente por más tiempo. Ante esta situación, desde la Red de Jóvenes Positives de América Latina y el Caribe Hispano, J+LAC, y la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas que Usamos Drogas, LANPUD, y académicos de la región, con apoyo de ONUSIDA, llevaron a cabo una investigación cualitativa en cuatro ciudades: Ciudad de México, San José, Bogotá y Sao Paulo. El proyecto consistió en hacer entrevistas semi estructuradas y grupos focales con hombres gay y HSH que practican chemsex.

Los hallazgos permiten tener un acercamiento a las características del chemsex en la región que tienen algunas similitudes con lo que ocurre en otras regiones, pero también tiene sus propias particularidades. Destaca el uso de metanfetamina (también conocida como tina, cristal, meth) como sustancia central del chemsex en 3 de las 4 ciudades, acompañada en muchos casos de otras drogas como el gi y los poppers. Se encontró que existen diversos perfiles de consumo y que, en ocasiones, las prácticas de riesgo, así como las prácticas de reducción de daños dependen de cada perfil: aquellos con un uso ocasional y moderado, aquellos con un uso más regular pero intenso por episodio, y aquellos con un uso frecuente.

Además de los riesgos asociados a la transmisión del VIH e ITS, los participantes identificaron otras condiciones de salud física y mental en otros usuarios los cuales pueden estar asociados con el uso de sustancias estimulantes. Los participantes identificaban prácticas de cuidado personal, así como de prevención de VIH y reducción de riesgos y daños. Sin embargo, el conocimiento no necesariamente estaba basado en evidencia y es compartido principalmente entre pares, existiendo así la posibilidad de que la información o las estrategias no sean las adecuadas.

En casi todos los casos, los participantes conocen su estatus de VIH. En el caso de las personas con VIH, prácticamente todos están en tratamiento y en el caso de los negativos, la mayoría está en PrEP. En general el uso del condón y de lubricante es muy limitado. Además, reconocen que más allá de los ARVs, hay pocas prácticas de cuidado de la salud sexual o en el uso de equipo de inyección para el suministro de metanfetamina, también conocido como “slam”.

Si bien hay un alto uso de servicios de salud relacionados con VIH, entre los participantes hay poco conocimiento y uso de servicios de salud mental. Además, existe la percepción de que los usuarios de chemsex son muy estigmatizados tanto por el consumo de drogas, el ser LGBT+ y, además, el VIH.

Con base en los resultados obtenidos, se formularon algunas recomendaciones para las instituciones y también para los usuarios las cuales, están basadas en evidencia disponible que se ha desarrollado en otras regiones, así como derivada de lo que recomendaron los participantes del estudio, particularmente impulsar estrategias de información sobre reducción de riesgos y daños, así como implementación de servicios amigables de salud mental para personas que requieren reducir su uso de drogas.